
Una semana más, repasamos las aventuras y desventuras de los nerds más populares de la pequeña pantalla. [Crítica originalmente publicada en El Rincón de Domive]
A partir de aquí, SPOILERS.

Anyway, no se puede negar que la trama de Sheldon y Amy fue genial. En tiempos de la cuarta temporada hubiese sido suficiente como para hablar largo y tendido de lo mucho que están hechos el uno para el otro, pero incluso dos años después ver como Amy putea a Sheldon por todos los deseos que ha de reprimir por él es puro oro (incluso si luego Sheldon se dedica a darle "final" a cada actividad que ha practicado con su novia). La parte de Penny y Sheldon es un ejemplo de lo que digo más arriba; estuvo bien y tuvo su lado bonito pero, por una parte no fue algo que te mueras para atrás y, por otra, no pude evitar no tragarme ni con pala que Penny estuviera "apasionada" con Leonard. Si lo trata como una mierda la mitad del tiempo! Finalmente tenemos a Raj y Lucy afrontando su relación. No sé porqué, una trama que pintaba muy bien se ha quedado sin fuelle en cuestión de episodios, y aunque fuera una trama más madura que de costumbre, afrontar seriamente la masculinidad de Raj tampoco ayudó a mover muchos hilos. Al final, cuesta de creer, pero un episodio realmente divertido y con sus momentos más bonitos se aguanta en esa pareja que tantos dolores de cabeza me ha dado esta temporada y que, con Tic Tac Toe's, tartas de cumpleaños, dominos, orgasmos Sheldonianos y deseos de muerte ha recuperado una parte de la energía que ha sido demolida esta temporada. A fin de cuentas y aunque la subnormalidad de Sheldon indique lo contrario el 75% del tiempo (sinceramente, por qué no les dejan avanzar? Bialik y Parsons tienen una química que se desborda!), los Shamy son hoy por hoy la pareja con más futuro de la serie (con respeto a los genialosos Howadette). ¿Triste? Desesperante. Pero cierto.




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